martes, 5 de octubre de 2010

ENFERMEDADES DE CABALLOS

Existen numerosos determinantes que nos ayudarán a saber si nuestro caballo está padeciendo cualquier tipo de enfermedad, algo que podremos llegar a saber realizando un sencillo examen del animal.
Hay dolencias como las heridas, que resultan muy fáciles de localizar y tratar, pero existen otras que son de carácter interno y por lo tanto es mucho más difícil llegar a saber de su existencia.
A continuación le señalamos una serie de elementos que le ayudarán a diferenciar entre un caballo sano y otro
que presenta alguna enfermedad.
 
CABALLO SANO:
  • Ojos limpios y brillantes.
  • Capa brillante, sin caída de pelo.
  • A la hora de comer lo hará bien, mascando con facilidad.
  • Orina casi transparente o de color amarillo pálido.
  • Sus extremidades y cascos deberán estar fríos, sin ningún tipo de inflamaciones.
  • Al andar, repartirá el peso uniformemente entre sus cuatro extremidades (sin embargo, tenga en cuenta que el cambio constante del peso de una extremidad a otra, sobre todo en las delanteras, no es un buen síntoma.
  • Su temperatura correcta se sitúa alrededor de los 38ºC.
  • Su pulso, en reposo, oscilará entre las 36 y 42 pulsaciones por minuto.
  • Su respiración, también en reposo, variará entre las 8 y las 12 inspiraciones por minuto, debiendo hacerse con suavidad y sin esfuerzo.
CABALLO ENFERMO:
  • El aspecto general de un caballo enfermo es de abatimiento y tristeza.
  • Las orejas estarán caídas hacia atrás, la cabeza baja y los ojos se mostrarán inexpresivos y apagados (incluso en ocasiones le llorarán).
  • Su pelo habrá perdido el aspecto brillante y se mostrará opaco.
  • En caso de que observemos que se echa sin un motivo claro, debemos tener en cuenta que es un síntoma de enfermedad.
  • Si observamos que escarba, que suda mucho y que se muestra inquieto, lo haremos ver por un veterinario, puesto que todos ellos son síntomas de un cólico.
  • Para determinar la existencia de una contusión, palparemos la zona, ésta existirá si observamos calor (en ocasiones vendrá acompañada de una clara inflamación).
  • Aunque las cojeras pueden resultar evidentes, en ocasiones resulta difícil concluir en qué extremidades se encuentra la dolencia, para poder ponerle solución. Una forma de saberlo es la siguiente:
    • En primer lugar miraremos los cascos, tratando de ver si alguno está caliente o si existe alguna herida o piedra encajada.
    • Después palparemos toda la extremidad.
    • A continuación, haremos que el caballo trote, teniendo en cuenta lo siguiente: si la cojera se encuentra en los anteriores, bajará la cabeza al cargar el peso en la mano buena y la levantará al pisar con la mano que le produce dolor. En caso de que la cojera se encuentre en las extremidades posteriores, el corvejón y la cadera del pie afectado parecerán levantarse más al pisar.
Por supuesto, todo lo aquí comentado nos servirá como un primer acercamiento a un posible problema, en caso de que comprobemos que éste exista o de que simplemente observemos que el aspecto general del caballo empeora, lo más adecuado será ponernos en contacto con el veterinario, el único que podrá determinar la existencia de la enfermedad y el tratamiento más adecuado en cada caso.

http://enfermedades-caballos.todocaballos.com/countries/es/tpl/nrs/sections/enfermedades/index2.php?ENFERNUM=4

ESTA INFORMCION SE TRATA DE LA FORMA COMO DEBE ESTAR UN CABALLO SANO QUE UNO ENFERMO

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